De fatiga y otras locuras

Estaba yo pensando...
¿Y si tuviéramos una pila de libros muy derechita y alineada, y alguien abre una puerta, y se va toda al suelo?
¿Que es lo que haríamos?
Bueno, lo que haría yo.
Me sentaría en el suelo y volvería a colocar otra vez mi pila de libros como estaba. Y si alguno se hubiera desencuadernado o dañado con el golpe, lo arreglaría lo mejor posible.
Supongo que además, cerraría la puerta, la aseguraría, avisaría de que la abrieran con cuidado. O incluso me llevaría mi pila de libros a un sitio más seguro.
No sé, supongo que haría algo así.
Y ahora, vamos a extrapolarlo.
Nuestro organismo es nuestra pila de libros. Y a veces nos da una corriente de aire, y nos la tira al suelo...
No sé, un periodo de mucho stress, un grave problema familiar, una enfermedad insidiosa que no se quiere ir...
Esto es lo que suele pasar con el Síndrome de Fatiga Crónica. Tienes una especie de gripe, te pilla en un mal momento, y se te quiebra la salud.
Y nos deja todo un poco descolocado y algunas cosas rotas.
Dolor muscular, cansancio, problemas de concentración, temblores, falta de fuerza, y bastantes cosas más.
Lo curioso del caso es que normalmente, cuando esto pasa, se pone un gran interés en el tema psicológico. Intentamos que no se vuelva a abrir la puerta que nos hizo caer nuestra pila.
Pero raras veces se arreglan los libros rotos. Esperamos que se arreglen solos. O suponemos que se arreglan solos.
Que con el tratamiento psicológico volveremos a la normalidad y nuestro cuerpo volverá a funcionar como antes, la tensión volverá a su sitio, las contracturas desaparecerán solas, no habrá más dolor, ni más cansancio, ni temblores.
Y no, no es así.
Puedes cerrar la puerta a las corrientes de aire. Pero si nadie arregla los libros rotos, y los vuelve a colocar, se van deshaciendo con el tiempo y llega un día en el que ya no se tienen los unos sobre los otros.
Nuestro sistema sanitario, como no sabe tratar el SFC, deja todo el trabajo en manos del psicólogo.
Si el stress te provocó esto, seguro que gestionando el stress te curarás.
Es como si alguien tuviera una angina de pecho después de un periodo de stress laboral y en vez de tratarlo, ponerle un sten, controlarlo con medicación y hacerle sus pruebas de esfuerzo... Lo mandaran al psicólogo.

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