Decisiones


¿Por qué hacemos lo que hacemos?
Hace unos días tuve un problema de salud, digamos… peligroso.
Nos fuimos a urgencias inmediatamente. Servidora ha llegado a ser bastante expeditiva en según que cosas. Si te encuentras mal no esperas a ver que pasa, a ver si se va solo, a ver si….
Si te encuentras razonablemente mal vas al médico y punto.
Pero este razonamiento funciona cuando llegas al médico, te examina y te dice: Tiene usted esto, eso o lo otro. Vamos a hacer esto, eso o lo otro. Usted tiene que hacer esto, eso o lo otro y se curará.
Esto es lo que esperamos cuando vamos al médico.

Pero a veces no es eso lo que ocurre.
A veces te dicen:
Pues resulta que tiene usted dos opciones:
La opción A es horrible
La opción B es horrible.
Elija.

Hace varios años me encontré en esa situación. Tuve media hora para decidir entre dos opciones horribles. Ambas acababan con la muerte de mi padre, pero de distintas maneras. Mi padre no paso de aquella noche.

Poco después volvió a ocurrir. Pero en este caso mejoró la situación, ya que la decisión la pude tomar con varios años de antelación.

A los cinco años murió mi madre, espero que en paz.

Hace unos días volví a estar en una situación parecida.

Decidir sobre la vida de otra persona es una situación en la que nadie se debería encontrar. No es justo, no es fácil y deja una huella profunda. El resto de tu vida te planteas si hiciste bien o mal.

Pero decidir entre tu vida y la de otra persona, es simplemente demencial.

Esta vez fue ligeramente distinto, me encontré con que posiblemente tendría que decidir entre mi vida y la del ser que llevo dentro. Y como aquella primera vez con mi padre, me advirtieron de que no tendría mucho tiempo para decidir.
Mientras él (o ella) se estiraba y se metía sus manitas en la boca a través de la pantalla del ecógrafo, un médico me informaba de que mi vida corría peligro y de que si en unas horas no se estabilizaba, tendría que decidir interrumpir el embarazo. Así, tal cual, como quien decide si se quita una muela o la empasta.

¿Qué hace uno en esa situación?
¿Cuál es el motivo que nos impulsa a hacer las cosas?
Sinceramente no lo sé.
Y no sé lo que hubiera decidido en el caso de haberlo tenido que hacer.
Gracias a Dios y a la técnica, en unas cuantas horas el peligro pasó y no tuve que tomar ninguna decisión.

Y todos estos días de obligada reclusión me he seguido preguntando qué es lo que hubiera hecho. Y creo que nunca lo sabré.
Pero hay algo que sí que sé, y es que yo no quiero decidir eso. Y que nadie debería verse en la situación de decidir.

Y eso es lo que he aprendido…

Comentarios

  1. TREMENDO ESTAR EN TU LUGAR, NO SE QUE HUBIERA HECHO, MI MARIDO SIEMPRE ME DECIA PORQUE YO PERDIA EMBARAZSO, QEU SI EL TENIA QUE DECIDIR AL GUN DIA POR EL BEBE O POR MI, LO HARIA SIEMPRE POR MI, PORQUE A MI ME QUIERE, ME CONOCE, COMPARTIMOS LA VIDA, PERO A ESE BEBE TODAVIA NO ERA REAL
    ERA SU PENSAMIENTO Y LO RESPETO, YO NO SE QUE HUBIERA HECHO ES MUY MUY DIFICIL¡¡¡¡¡
    HOY EN DIA, TENIENDO A MI HIJA CREO QEU OPTARIA POR MI VIDA PARA SE GUIR CON ELLA, PARA DISFRUTARLA, AUNQUE PAREZCA EGOISTA¡¡¡
    BESOS Y BUENO UN ABRAZO GRANDE PARA ESTE DIFICIL MOMENTO, QUE POR SUERTE PDISTE SUPERAR

    ResponderEliminar
  2. Jo, menudo papelón, uff... no quiero ni imaginar tener que vivir una de esas situaciones. Además este es un caso en el que la experiencia no vale absolutamente de nada.

    Me alegro un montón de que esta vez no hayas tenido que tomar esa difícil elección y de que los dos os encontréis bien y por supuesto, que jamás en la vida te encuentres de nuevo ante tan cruel dilema.

    Un abrazo gordo

    ResponderEliminar
  3. Hola Perli, que momento terrible el que te tocó vivir. No me ha pasado, asi que no puedo dar una opinión al respecto, ni siquiera puedo decir que me pongo en tu lugar. Son sentimientos muy fuertes de una madre hacia un hijo para imaginarlo. Nos alegra muchísimo que todo haya pasado y estes mas tranquila. Me tenía preocupada tu ausencia.

    Un abrazote bien grande para los tres!!

    ResponderEliminar
  4. Dios mío!...qué terrible pasar por un momento así, comprendo tu angustia y el cargo de conciencia que nos queda después. Me alegra que en lo que respecta a tu embarazo no hayas tenido que decidir algo tan horrible. Más vale que no pienses más ahora que has tenido la fortuna de no tener que experimentarlo.

    Te deseo lo mejor!
    un abrazo!

    ResponderEliminar
  5. Hola hermanita.
    No sé muy bien qué decir. A medida que iba leyendo tu última entrada, lo primero que pensé es:
    -¿Por qué?¿Por qué a ella? Dios, se merece un poco de paz, de tranquilidad, de cosas hermosas, de que la vida le vaya todo lo bien que se ha ganado...
    Por suerte, así ha sido.
    Y ojalá no se te presente otra vez ésa terrible disyuntiva.
    ¡Cuídate mucho, hermanita!
    Te quiero mucho, ya lo sabes.
    Besitos esperanzhados.

    ResponderEliminar
  6. CIELO YO FUI UNA DE ESAS PERSONAS EN LAS QUE TUVE QUE DECIDIR ENTYRE MI VIDA Y EL SER QUE LLEVABA DENTRO...TE COMPRENDO PERFECTAMENTE..NUNCA PIENSES SI OBRASTE BIEN O MAL...YO LO HICE DEMASIADO Y EL TORMENTO ME HIZO PAGARLO MUY CARO.
    BESITOS CORAZON.MJ

    ResponderEliminar
  7. Extraño, difícil, doloroso e irrepetible (por favor...), querida Perli...hacemos lo que hacemos, porque favorable o tristemente, nuestra naturaleza nos imprime la fortaleza necesaria para afrontar la magnitud no deseada...
    Besos enormes de este nuevo amigo.

    ResponderEliminar
  8. El verdad Perli tu ausencia me decia algo, que terrible ha de ser, no quiero ni pensarlo.
    Por suerte paso el nubarron.

    Perli gatita linda deseo una buena semana y una buena vida para vos.
    Tere.

    ResponderEliminar
  9. Hola a todos.
    Gracias por pasarse por aquí.

    Me iré pasando por sus casitas a saludarlos...

    Besotes

    ResponderEliminar
  10. Perlita...

    ...¡me haces llorar!...

    lloro por vosotras y lloro por mi misma...

    ¡yo elegí!... hace ya cuatro años... y me elegí a mí misma... y ahora... tengo otro ser conmigo.. Carlos...tiene dos años... ya sin peligro.. sin el cancer...

    ¡pero la horrible decisión me llevó al borde de la locura!.. a despedirme de este mundo...
    ...y creo que mi ángel vino a mí para salvarme...

    ¡Creí que estaba curada!... pero al escucharte... he vuelto a sangrar por la herida...

    ¡dudo mucho que se cicatrice!...

    Mucha fuerza y fortaleza... (la que a mí me faltó y aún me falta)..


    Besos y deseo que todo vaya bien..

    Lirón

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Cuéntame que te pareció

Entradas populares de este blog

Sociología felina

De fatiga y otras locuras

Secretos de un adorno de navidad