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Mostrando entradas de abril, 2009

Los dos soles (4)

-¿Dónde?, ¿dónde está la anciana? Selina, que hasta ese momento había estado silenciosamente oyendo el relato del extranjero, se levantó y señaló hacia la ventana. -¿Ves ese enorme árbol que cobija nuestro pueblo? Pues en su interior vive la Anciana. Nadie sabe que edad tiene, ni ella misma lo recuerda. Todos la llamamos la Anciana, y es la más antigua integrante del consejo de ancianos de nuestro país. -Llévame hasta ella, imploró Olayo. Ella tiene las respuestas que necesito. -Eso no puede ser, extranjero, respondió el hermano mayor. En esta estación se reúnen todos los consejos de ancianos de nuestro mundo. Acuden de los valles y de las montañas, de las heladas tierras del norte, y de los ardientes desiertos del otro lado del mar. Viajan durante semanas, para poner en común la sabiduría que acumulan durante diez años. El lugar de reunión es secreto, sólo ellos lo conocen, y se transmite de generación en generación. Aún pasarán muchos días y noches hasta que regrese. Por tanto, tendr

Los dos soles (3)

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Una clara noche de junio, la brújula empezó a dar vueltas sin medida. El cielo se cubrió, y nuestros modernos aparatos de navegación se hicieron totalmente inútiles, pues dependían de la visión de las estrellas. Una extraña luz lo cubrió todo, y una explosión sacudió nuestros cuerpos, zarandeando el barco como si fuera de papel. Durante horas estuvimos en un carrusel de subidas y bajadas, sacudidas y temblores, aunque la superficie del mar permanecía extrañamente plácida. Yo me até como pude al palo mayor, y perdí el conocimiento. Cuando lo recobré, estaba sólo en el barco. Todos mis compañeros habían desaparecido. El cielo estaba despejado, así que bajé a la cámara del capitán y medí nuestra posición, como él me había enseñado. Para mi sorpresa, no pude reconocer ninguna estrella. No estaba la familiar Estrella Polar, guía de mis correrías de infancia, ni se distinguía la Vía Láctea, camino de peregrinación de los cristianos de mi tierra natal. Tampoco estaba mi nueva amiga, la Cruz d

Los dos soles (2)

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Como ya os he dicho, mi nombre es Olayo. Mi tierra es muy hermosa, las surcan grandes ríos, los campos son fértiles, y las gentes trabajadoras. Yo vivía en un pequeño pueblo, muy parecido al vuestro. En él convivimos gentes de varias razas y culturas, sin mayores disputas que las propias del campo y de las bestias. Cometí un tremendo error, fruto de mi inexperiencia y de mi juventud. En la casa de al lado vivía una hermosa niña, a la que yo observaba cada día desde mi ventana. Pero yo no podía comprender que la relación entre nuestras familias estaba prohibida, pues aunque los intercambios comerciales entre nuestras comunidades son frecuentes, no se nos permite mantener ningún otro tipo de comunicación. Pronto aprendí que mi insistencia de hablar con ella había traído funestas consecuencias. Sus padres eran poderosos comerciantes, y mi familia es de humildes labradores. Al parecer, yo no le era indiferente del todo, pues a mis miradas respondía con tímidas sonrisas, rápidamente ocultas

Los dos soles

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Hace algún tiempo me dio por escribir un cuento para una niña que ahora ya no es tan niña. Entonces descubrí que para escribir un cuento... hay que saber escribir. Eso me llevó a intentar aprender, mejorar, progresar en la escritura. Y entré en los blogs, en las comunidades de escritores, y empecé a hacer cursos online. Sigo sin saber escribir nada de ficción más largo de dos folios, aunque estoy en ello. De aquella época queda un bonito recuerdo: mi cuento. Hoy no lo habría escrito, pero la ignorancia te da alas, como el Red Bull. Y estoy orgullosa de él. Algún día lo reescribiré y me sentiré aún más orgullosa. Pero ese día se aleja empujado por las pequeñas y grandes cosas cotidianas y he pensado... compartirlo con ustedes así tal y como está. Es como un bebé que aprende a caminar, que se tropieza y cae y balbucea pidiendo agua. Pero es mío. Creo que algunos ya lo conocen, aunque no sé si lo recuerden... Va por episodios. Y va por todos ustedes. LOS DOS SOLES Érase una vez, en un tie

De vez en cuando la vida...

De vez en cuando la vida va por su lado Coge el camino que olvidamos seguir y nos empuja a nuestro pesar. De vez en cuando la vida nos guiña un ojo nos tira del pelo y nos hace recapacitar. A veces es una tormenta que nos ahoga un espeso remolino difícil de remontar. Otras juega con nosotros y nos marea escondiendo la salida de tanta desolación. La vida tiene estas cosas ,no sabe de reglas ni planes, Nadie le puso freno ni conoce una dirección Y entonces un día la vida llama a tu puerta, entra en tu casa y te dice: Hola, aquí estoy. Como siempre... la vida me ha vuelto a dar una sopresa. Y como siempre, y van..... muchas, aún no sé como voy a salir de esta.... Pero como siempre, saldré y volveré para contarlo. Perlita.

Mis desapariciones

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No estaba muerta, estaba de parranda... Tampoco estaba de parranda, pero estaba alejada de este mi blog. Les he echado de menos, pero la verdad es que estas semanas he estado muy ocupada. En parte por lo que ya les conté en mi anterior entrada: el primer cuatrimestre del año es el más duro en mi trabajo y me deja sin energía ni imaginación. Además tengo que preparar algunas presentaciones en cursos que doy, que se llevan lo poco que me queda de neuronas. Les pido disculpas por no haber estado por aquí, por no haberles visitado, aunque no por olvidarles, porque eso no ocurrirá nunca... Y ahora les dejo una muestra de lo que me ha servido estas semanas para "limpiar" mi cerebro de impurezas y volver a mi estabilidad mental cada tarde-noche: Mi granado, brotando... Mi romero, también despertando Mi rosal, tan anciano, sigue al pie del cañón Un precioso regalo Reciclando antiguallas Brotes de fresias Agatheas, preciosas La cala, tan clásica y tan delicada Una tímida rosa in