Juegos malabares




Ahora imagínate que te levantas por la mañana para ir a trabajar.
Te vistes, te peinas, te arreglas un poco, te pones la cara de mujer seria, competente y decidida y te pones al volante.
Llegas al trabajo, enciendes el ordenador, consultas tu agenda y te preparas para recibir la primera cita de la semana.
A la hora convenida llega el señor X con su carpeta de documentos, toma asiento y empieza a solicitar tus extensos conocimientos sobre el tema.
Tú le revisas su contabilidad, le asesoras sobre los presupuestos que ha pedido, le explicas las ventajas e inconvenientes de la opción que ha elegido y…
Y entonces suena el teléfono. Ves el número de casa, te disculpas con este señor por interrumpir la conversación y lo coges. Es el canguro, que te pregunta dónde has dejado los pañales de la niña. Se lo dices, le pides que le dé la medicación que está sobre la mesa de la cocina y que coja el biberón que le has dejado dentro del microondas.
Y con una sonrisita de disculpa vuelves a tu trabajo.
Ya tienes la mesa llena con declaraciones de la renta, recibos de Seguridad Social, facturas, presupuestos, planos…
Ha llegado el momento de empezar a hacer el estudio económico de viabilidad, de jugar con los números, ingresos, gastos, hectáreas, cultivos… este señor confía en ti para que le digas si le negocio que quiere iniciar merece o no la pena.
Y vuelve a sonar el teléfono…
Esta vez no te disculpas… te limitas a sonreir tímidamente y descolgar.
El canguro te informa de que tu hija no ha querido fruta ni galletas, pero sí se ha tomado el biberón. Que todavía tose un poco pero ya no tiene fiebre, que está muy contenta jugando por la casa  y pregunta si la puede sacar a dar un paseo.
Le explicas que en el armario del dormitorio están los gorros y las bufandas, que la abrigue bien y no la lleve por la calle de la iglesia, que tiene mucha corriente. Y que te llame cuando vuelvan, que le has dejado a ella una tortilla y a él una pizza.
De vuelta al estudio económico, ha costado un poco cuadrarlo, pero al final este señor decide que sí que merece la pena y que quiere hacer las solicitudes oportunas.
Vuelta al ordenador, a rellenar los impresos, a poner en limpio todos los cálculos que has hecho, hacer fotocopias, compulsar documentos, asegurarte de que no hay errores en las sumas…
Cuando suena por tercera vez el teléfono, este buen señor  ya sabe que tienes una nena pequeña, que tiene gripe, que no ha ido a la escuela, que has tenido que dejarla con su hermano mayor, que es la primera vez que lo haces y que estás un poco nerviosa…
Han vuelto sin novedad del paseo, han comido y están en el sofá a punto de hacer una siesta.
Terminas de rellenar los impresos, los firma, los registras de entrada, le das su copia y le deseas buen día.
Y tú has pasado media mañana con media cabeza con tu nena pequeña y la otra media haciendo cuentas…
Un día de estos… Probablemente meterás el gasto de pañales en el estudio económico, en vez de una relación de cultivos contarás purés y tortillas, y cuando tu pequeña hija quiera ir a jugar  al parque, le pedirás una solicitud compulsada y por triplicado.
Ay señor…

Comentarios

  1. AAAAjjjjajajajajajajajajjajajjaj......
    Ay Perli, que me suena todo estoooooo..........

    Muchos ánimos, superwoman (como todas, trabajemos fuera de casa, o sólo en ella).

    Un beso para las dos!!

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  2. Espero que la nena esté mejor de la gripe, que el canguro primerizo repita pronto para que no se le olvide y que tú tengas un momento de respiro antes de llegar a casa...de nuevo.

    ¡¡¡Feliz semana Perli!!!

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  3. jejjeje es el precio que se paga por ser madre responsable y además trabajar fuera de casa!
    Pero todo tienen -por fortuna- también sus delicias!

    Un abrazo

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  4. Jajajajja...
    Qué complicado se hace, cuando una tiene que estar pendiente de mil cosas!!
    Me ha recordado que hace unos días me fui a comprar con las tijeras de la cocina en el bolsillo!! jajajjaj...como fueron a parar las tijeras a mi bolsillo es una historia larga, pero digamos que fue un efecto colateral al tener la cabeza en demasiados sitios!!
    Espero que la peque esté mejor de esa gripe.

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  5. Anda, las tijeras en el bolsillo... a saber en qué estarías pensando, jejeje.
    Yo una ves llegué al trabajo y cuando fui a sacar las llaves del bolsillo... saqué unas bragas, jajajajaj.

    No se puede tener tantas cosas en la cabeza.
    La nena ya está mejor, y el canguro pasó el examen...

    Besotes

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