O como hemos llegado hasta aquí.

Y aquí la segunda parte. Prometo intentar que sea más cortito. Intentar no cuesta demasiado. El caso es que en septiembre de 2012 salí yo de la consulta del reumatólogo con un diagnóstico en la cabeza y otro garabateando en un papel. Una receta de Lyrica y muchas preguntas sin resolver. Como una es científica y eso de una enfermedad incurable, crónica y de etiología desconocida, no me hacía demasiada gracia, lo primero fue contrastar el diagnóstico. La primera fue la reumatóloga de la Seguridad Social . Me despachó en 10 minutos, me dijo que era una Fibromialgia de libro, me aumentó la dosis de Lyrica y me mandó al psiquiatra. El segundo un muy reputado especialista de la península de los que cobran con varios ceros. Este señor se tomó más tiempo, me dijo que era Fibromialgia de libro, Síndrome de Fatiga Crónica clarísimo y me regaló un diagnóstico de Síndrome de Mucosas Secas y otro de Sensibilidad Química Múltiple. En agradecimiento por tomarme la molestia de hacer el viaj...